jueves, 22 de septiembre de 2011

Sr. y Sra.

Tantos nervios pasados, tanta impaciencia por el gran día y este ya llegó e, incluso, pasó. El pasado día 17 se casaron dos grandes amigos y fue un día realmente especial, por todo lo que significaba y por verlos tan sumamente felices y enamorados.

A la hora citada ahí estábamos todos predispuestos a compartir esa ceremonia con los novios, ya esposos, en el Saló de Cent de Barcelona. Nos juntamos un pequeño baturrillo de gente entre familiares y amigos provenientes, no sólo de diferentes ámbitos, si no también de diferentes puntos del planeta (no exagero, vino gente desde el otro hemisferio!!). Entramos en el maravilloso Saló y ahí pudimos vislumbrar a un más que nervioso novio, dándo vueltas arriba y abajo y frotándose las manos de forma casi compulsiva. Los invitados sentados en los bancos y la família directa (padres y hermanos) y los dos speakers (servidora y compañero) al ladito de los novios, zona con vistas priviliegiadas y con cojines para aposentar nuestras nobles posaderas.

Llegó el momento, suena la música y aparace la novia del brazo de su padre. Decir que iba guapa es quedar en nada, estaba impresionantemente bella. Con un vaporoso y precioso vestido y con ese brillo especial que tienen todas las novias en su día soñado. El novio, en cuanto la ve aparacer, se empieza a relajar y a emocionar, el resto de invitados estamos simplemente muy emocionados.

La ceremonia muy corta, cosa de las bodas civiles, pero no por eso menos hermosa. En seguida nos tocó el turno a los dos que tuvimos el honor de dirigirles unas palabras en su día; por mi parte muchos nervios, pudieron ser capeados y pude desempeñar mi función con corrección. Acabé de leer mi parlamento, los novios emocionados y algún que otro aplauso, los comentarios posteriores positivos. Por mi parte, me siento orgullosa y halagada por haber puesto mi granito de arena en ese día tan importante para ellos.

Finalizado el acto, salimos todos y esperamos la salida de los novios, ya matrimonio. Tras la tirada de pétalos a los protagonistas del enlace (donde ha quedado lo del arroz con su simbolísmo en torno a la fertilidad??). Acto seguido todos al autobús dirección al lugar donde se produjo el ágape. El lugar muy bonito, comimos bien y bebimos muy bien. Tuvimos momentos de risas, tuvimos momentos emotivos y tuvimos momentos de baile. También tuvimos otros muchos momentos, pero lo que pasó en la boda en la boda se queda!

Para acabar esta entrada sólo darles mis más sinceras felicitaciones a los recientes esposos, desearles toda la felicidad del mundo y pedirles que sigan teniendo la generosidad de compartir momentos con todos aquellos que les queremos.

LARGA VIDA A LOS ESPOSOS!! Y cómo dicen por ahí, creced y multiplicaos que después de este sarao nos hemos quedado con ganas de más!

4 comentarios:

Uno dijo...

Jo, ¿ya no se tira arroz?
Los pétalos me parecen muy cursis. A las pocas bodas a las que fui yo erá más de tirar garbanzos, quizás por eso fui a tan pocas ... :-)

Yo misma dijo...

Yo también prefiero el viejo encanto del arroz, pero será que nos hemos quedado obsoletos!
Mi tía, que es muy suya también, es de las de tirar lentejas. No duelen como los garbanzos pero despistan igual...

José Luis de Saralegui Rodrigo dijo...

En Olite (Navarra) son más "finos" aún. A la salida de la iglesia se espera a los recién casados y los familiares y amigos bendicen la unión tirándoles ... peladillas! Y no es coña, y encima alguno que otro tiraba a dar jejejej.

Per cert, a veure si repasem una mica la conjugació del verb tener. He visto muchos tuVimos por ahí... :)

Yo misma dijo...

El tema de las peladillas también es muy común en las bodas gitanas. A este paso acabaremos tirando la cocina entera!! Jejeje.

Ja he fet els canvis pertinents, qué fallo!! Merci!