miércoles, 1 de diciembre de 2010

El Clásico

Cómo por todos es sabido el lunes se celebró el Gran Clásico. En otros tiempos al escuchar las palabras "Gran Clásico" nos hubieramos referido a algún evento cultural, como el reestreno de alguna obra de Calderón de la Barca, por ejemplo. Pero en los tiempos actuales está claro que el "Gran Clásico" tiene tintes futbolísticos, más concretamente el partido Barça-Real Madrid.

No soy una persona muy futbolera, la verdad que es un tema que no me quita el sueño. Pero tengo que reconocer que se me contagió el nerviosismo y la emoción que se respiraba en la calle y acabé escuchando el partido por la rádio.

Esa misma tarde estaba por el centro de Barcelona y, volviendo a casa, pude sentir que algo flotaba en el ambiente. Las caras de la gente estaban iluminadas, había una gran excitación y mucho nervisiosmo ante un evento importante. Almenos era importante para todas aquellas personas que iban vestidas con los colores del equipo más representativo de la Ciudad Condal. Quien más quien menos se estaba reuniendo, ya sea en casa de algún familiar o amigo que tubiera el canal de pago en cuestión, en cualquier bar de Barcelona o, incluso, en los cines.

A mí me recordó a la Noche de Reyes, cuando ves a todos los niños sobreexcitados y con un estado de nerviosismo tal que les es imposible actuar de una manera mínimamente racional. Es esa ilusión de saber que va a pasar algo grande y mágico, algo que se lleva esperando durante mucho tiempo. Pues todo eso es lo que se respiraba, o almenos así lo ví yo, en todas las calles de Barcelona, aunque supongo que se habría extendido ese sentimiento en muchas otras localidades.

Así que contagiada y contaminada de ese espíritu llegué a mi casa, dejé la compra en su sitio y fui a buscar la radio para sintonizar al amigo Puyal deseando contagiarme aún más de eufória. Y así fue. Otra cosa no, pero me quedó muy claro que Josep Mª Puyal es un gran apasionado de su trabajo y te hace vibrar con sus retransmisiones.

Sobre el desarroyo y resultado del partido no voy a decir nada, creo que se ha dicho mucho estos días por lo que no tengo nada más que añadir, amén de no ser una experta en el tema!

Lo único que sí quiero dejar constancia es que me gustaría que el ambiente pre-partido se repitiera más a menudo. En una ciudad en la que todo el mundo va estresado, enfurruñado y pensando en sus propias cosas se agradece ver como la Ciudad en pleno se toma un respiro, sonrie y se ilusiona en pleno. La pena es que este sentimiento parece que sólo sea capaz de fomentarlo el fútbol.