domingo, 25 de abril de 2010

La vista

El jueves de esta semana he hecho mi primera vista como abogada de verdad!! Para mí ha sido tan emocionante que después de tanto tiempo sin publicar nada estoy sacando tiempo de donde puedo para compartirlo con todos vosotros.

No os penseis que era un caso al estilo Perry Mason, qué grande esa serie y ese hombre!, se trataba de una vistilla en la que mi cliente era un buen hombre al que le habían retirado el carnet de conducir por ir en condiciones de dudosa seguridad para el tráfico y, al par de meses de notificarle la retirada, la policía la tomó con él. En la denuncia consta que le pillaron conduciendo y saltándose un semáforo en rojo, pero eso no es cierto!! El pobre hombre sólo estaba sentado en su moto cuando la policia, que es mala malísima, decidió multarlo sin ton ni son. Bueno, ya sabeis, un abogado debe defender a su cliente...

Pues ahí estaba yo, con el expediente en mis manos y temblándome las canillas. Con esa extraña sensación de felicidad y éxtasis porque al fín estás empezando a andar unida con el canguelo propio de pensar en que si te estrellas te puedes hacer mucha pupa. El día de antes de la vista fui al despacho por la mañana a que mi compañera, que era la que había seguido el tema, me preparara y me aleccionara. La verdad es que la muchacha se lo curró, me hizo un esquema contemplando todas las posibilidades posibles. La parte buena, para mí, es que al final me tocó la causa más fácil de todas: nuestro cliente, el buen hombre que NO conducía sin carnet, no había recogido la citación y yo debía comparecer en la Sala para solicitar la suspensión.

Aunque se trataba de una situación muy sencilla, los nervios también anidaron en mi ser. La noche anterior a la vista dormí fatal, me desperté dos o tres veces durante la noche y me levanté muy temprano. Me dió tiempo a acicalarme, acicalar la casa, desayunar y, a la hora prevista, a coger el metro rumbo a la Ciudad de la Justicia. Quería llegar con tiempo para localizar la Sala, ir a buscar la toga y preveer las posibles contingencias que pudieran ocurrir, lo típico que descarrile el metro, que muevan el edificio o que una antigua y rara ave mitológica se cruce en tu camino y no te permita pasar, no sabeis lo molesto que puede llegar a ser!!

Una vez en la Ciudad todo fue rodado, localicé enseguida el cuartito de las togas del edificio de Penal. El señor de las togas, que por su tono de piel yo creo que debe vivir en ese cuartito, ya ducho en la materia me dió mi talla de toga sin tan siquiera preguntar nada. Una vez que te dan la toga tienes que apuntarte en una listita indicando tu nombre, número de colegiado y hora de la vista; como veis todo con tecnología punta... Ya armada con mi toga fui a buscar la Sala y también la encontré enseguida, entonces "sólo" tocaba esperar mi turno y encima iban con retraso.

El pasillo de espera de la Sala estaba repleto de gente, una vez que aquello se disipó un poco me senté al ladito de la puerta y escuché a un chico y un señor que estaban hablando. El chico decía que él iba a la vista de las 11:30 y el señor iba a la de las 11:00, éste era de los mios!! Me acerqué, pregunté y el señor era uno de los policias que había dado el alto, perdón, había interceptado a mi cliente que NO estaba conduciendo. Como soy una profesional y no tengo rencor ninguno me puse a hablar con ellos, ya que había que esperar almenos hagamos relaciones sociales y disipamos un poco los nervios. Al poco rato llegó el otro malísimo policia y se unió a la conversación. Por lo que pude observar debía dar una imagen de extraña seguridad porque ninguno se percató que aquella era mi primera vista, incluso el chico, que era abogado, me comentaba cosas como si llevara el mismo tiempo de carrera profesional que él! Bueno, almenos la fachada impertérrita me beneficia.

Cuando salieron las personas de la vista anterior mi mundo interior empezó a removerse otra vez, llaman a mi cliente, les digo que no está, llaman a mi compañera, les digo que vengo yo en su nombre y empieza el show! Me planto la toga, que estaba medio descosida de uno de los bolsillos (cosa que me hizo sospechar que quizas no era una toga nueva), y me invade otra sensación extraña mezclada con los nervios propios de una primera vez. Esa sensación denotaba responsabilidad y poder, cosa que me transmitía una cierta seguridad. Como entendereis la sensación de seguridad unida a los nervios es un poco bastante extraña.

Así que me espero fuera con los dos malísimos policias a que me llamen y sale oficial reclamando mi presencia. Entro en Sala. Me siento en mi sitio micrófono enfrentado. Y observo que la presencia femenina en penal, almenos en esa vista, es tan mayoritaria como en familia. ¿Quién dijo qué somos el sexo débil? Se inicia la vista y la Secretaria Judicial me informa que no se ha podido localizar a mi cliente y que, por lo tanto, la citación es negativa. Da la palabra a la Fiscal y solicita la suspensión de la vista y la búsqueda y captura de mi cliente, el pobre hombre, a fin de poderse celebrar la vista sin más demora. Acto seguido dan la palabra a la Sra. Letrada de la defensa, usease yo, y es entonces cuando digo mi frase "Con la venia Señoría. Habida cuenta que la citación ha sido negativa, esta parte muestra conformidad con el Ministerio Fiscal y solicita la suspensión". La Juez muestra conformidad e impone lo solicitado por la Fiscal. Me preguntan si quiero una copia del acta, por supuesto les digo que sí y firmo el acta original. Fin de la actuación.

Salgo de la Sala, me despido de mi Ilustre compañero y de los dos malos malísimos policias y me dirijo de nuevo a la Sala de togas más feliz que una perdiz con mi frase dicha y mi copia del acta en la que consta "Ldo. defensor: M. ..." Lo siento pero no voy a poner mi nombre, los que me conoceis ya sabeis lo que pone y esto de publicar datos en algo que puede leer todo el mundo me da no se qué. Después de devolver la toga y tacharme de la lista, continuamos con la tecnología punta, me dirijo al despacho con una sonrisa idiota en la cara y una sensación de tranquilidad la mar de reconfortante.

Una vez leido el desarrollo de los hechos para el común de los mortales tampoco habrá para tanto ni esto es merecedor de tanta emoción, pero como yo aunque mortal no soy común estoy realmente feliz y deseando que llegue mi próxima vista (de hecho llega este jueves) para volver a togarme y entrar en Sala como abogada de verdad, en vez de como mirona como es costumbre.