miércoles, 27 de enero de 2010

Nada cambia...

Hace un par de años hice un Master y ayer me decidí a ir a recoger mi título y mi orla a la Universidad, porque aunque nadie me avisó oficialmente yo ya se que están ahí por otros compañeros que ya lo tienen.

También hace un par de años que dejé la Universidad, bueno en realidad acabé la carrera y con ella mi etapa universitaria, y una, que siempre ha sido pelín ingenua, creía que con el tiempo las cosas cambian, aunque sea un poco, y se mejoran. Con esto me refiero a que la desorganización que siempre ha caracterizado mi querida facultad habría, almenos, mermado un poco. Ya os he dicho que soy una ingenua, no?

El plan inicial era sencillo, ir a la facultad, pasar por el departamento de posgrado al que siempre he ido por cuestiones del Master, recoger mi título y, con suerte, la orla y para casa. Con los años debería haber aprendido que los planes inicialmente sencillos nunca lo acaban siendo y este no iba a ser una excepción!

Primera parte, llego a la faclutad (si eso falla apaga y vámonos!), me dirijo al conocido departamento y a su mostrador y aquello estaba cerrado a cal y canto. Miro un poco por el cristal opaco ese que tienen, llamo a la puerta y, como no hay nadie, voy a la recepción de la facultad para que me digan el horario porque, es evidente, que ahí no iba a aparecer ni Dios. Las personas que están en la recepción se suelen caracterizar, al menos en mi facultad, por no saber nunca nada y derivarte a secretaría siempre. Cuando llego allí y veo que hay una chica nueva y joven pensé que el relevo generacional serviría de algo, pero va a ser que no... Le pregunto por el horario del departamento y, oh sorpresa!, no lo sabía y me deriba a secretaría! En ese momento empecé a ver que lo que a priori era una operación de entrar y salir me iba a llevar un poco más de tiempo...

Pues a secretaría que me fuí. Ahí le pregunto a la única persona competente que hay y, mala suerte la mía, ella no lleva nada de los Masters y me llama a una compañera que lleva el tema. Me dice la chica que tengo que ir al departamento de posgrados, les digo que está cerrado y que me digan que horario tienen. Bueno, empiezan a mirarse y me dicen que no puede ser que tienen que estar ahí, que puede que hayan salido un momento y por eso estaba cerrado, eran las 12:00 (hora del café) sospecho que por eso habían salido. Llaman por teléfono y a la segunda lo coge el chico del departamento asegurando que por supuesto estaban ahí y que me pasara que con mucho gusto me iban a atender. Pues nada, volví a mi consabido mostrador y continuaba cerrado con llave y con una ausencia de vida en el interior que me hizo sospechar que quizás no había nadie ahí.

Me paré y pensé: "Siempre has venido aquí, pero a lo mejor lo han cambiado a pesar que en la puerta pone claramente Posgrado. Uy, si la Cap d'Estudis está al lado, voy a preguntar". Soy hija única, así que por eso me pregunto y me respondo. Total, que voy al despacho de la Cap d'Estudis, me espero a que acabe de hablar por teléfono y le digo lo que he venido a buscar con la leve esperanza que me ayude. A lo mejor tengo un defecto en el habla o algo que cuando yo pregunto "he venido a buscar mi título de Master que cursé hace dos años" la gente entiende "tengo 3kg de coca y quiero vendérselos", porque la reacción de aquella mujer, nerviosa y diciéndome que no era ahí y que no sabía nada, era más en respuesta a la segunda pregunta que a la primera.

Ya un poco sulfurada me dirigí de nuevo a secretaría, les comenté que la puerta estaba cerrada y que ahí no había ni un chico, ni una chica, ni un perro. Entonces me dicen "No mujer, si lo hemos cambiado, el departamento de pogrados está al final del pasillo. Ahí te lo darán seguro." Cuando alguien te dice "seguro" en realidad quiere decir "con un poco de suerte y la ayuda de toda la corte celestial puede que lo consigas". Pero ahí que me fuí, que a persistente no me gana nadie, encuentro el supuesto departamento, hay personas, entro pregunto por mi título de Master, me preguntan que cual es y, cuando les respondo, me dicen: "No, si aquí no es. Tienes que ir al departamento de al lado." Lo adivinais, no? Efectivamente es el departamento al que fuí desde el inicio!! Ahí sí que me empecé a enfadar un poco. Les digo que después de dar cuatro vueltas hasta llegar al mismo sitio lo único que quería saber es el horario del departamento al que he ido desde el principio!!!!

Al final me fuí de la facultad con un teléfono y el mail del responsable del departamento pero sin título, sin orla y con la extraña sensación de haber protagonizado el célebre relato de Larra "Vuelva usted mañana". Qué he sacado de esta experiencia? Qué el gran Julio Iglesias ya sabía que por muchas cosas que pasen nada cambia...


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